¿Vulnera la Posverdad?

18.05.2024

Opinión 


Vivimos en una época donde la verdad y la mentira coexisten de manera inquietantemente cercana, una era donde la posverdad se ha infiltrado en la comunicación y la percepción pública. La posverdad no es un fenómeno nuevo, pero su impacto en la sociedad moderna, amplificado por las tecnologías digitales, es innegable y profundo.

¿Qué es la Posverdad?

La posverdad se refiere a situaciones donde los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que las apelaciones a la emoción y a las creencias personales. Este fenómeno no es nuevo; la manipulación informativa ha existido desde tiempos antiguos. La diferencia radica en que, hoy en día, la tecnología digital ha amplificado enormemente su alcance y velocidad de difusión (Camps, 2017)

Victoria Camps, en su ensayo Posverdad la nueva sofística (2017), nos plantea una reflexión crucial: 

"En este mundo donde comunicar es lo único que se busca, mentir ha dejado de ser algo reprobable". 

La afirmación de la autora se adapta a una era donde la información se consume a través de titulares rápidos y concisos, como se da en plataformas como "X"-hasta el día de hoy conocido como twitter para muchos usuarios y usuarias-. La inmediatez y brevedad de estos formatos han transformado la forma en que procesamos la información, anteponiendo la velocidad sobre la profundidad y veracidad.

Las "fake news", o falsas noticias, son un claro ejemplo de este fenómeno. Estas noticias, aunque parezcan, no son una novedad del siglo XXI, sino que tienen una larga historia. Ya en el siglo XVI, por ejemplo, se documentaba la creación de un ambiente hostil hacia los judíos en España mediante la difusión de noticias falsas . Durante los años 1800, las noticias falsas se utilizaban para movilizar al pueblo y respaldar medidas políticas difíciles . Lo que ha cambiado es la velocidad y el alcance con el que estas noticias pueden propagarse gracias a los motores de búsqueda y algoritmos de redes sociales. Hoy en día, más de la mitad de las noticias a las que accedemos diariamente provienen de estas fuentes digitales .

En la actualidad, más de la mitad de las noticias a las que accedemos diariamente provienen de estas fuentes digitales . Esta es la realidad actual, una realidad plantea un obstáculo significativo para la democracia. 

"En la sociedad del conocimiento, la información es la materia prima fundamental de la democracia" -Victoria Camps (2017) 

Sin embargo, cuando esta información es manipulada y distorsionada, la democracia misma se ve amenazada.

La posverdad desvincula la democracia de la verdad. En un mundo donde la manipulación de sentimientos, comportamientos y formas de pensar es facilitada por avanzadas técnicas de comunicación, la opinión pública, que debería ser el criterio definitorio de la verdad democrática, se ve deteriorada . La información, en lugar de servir como un pilar del conocimiento y la sabiduría, se ha convertido en un vehículo para el entretenimiento vacío y la manipulación .

Para contrarrestar este fenómeno, es esencial que tanto las instituciones como las empresas se autorregulen y busquen mecanismos para verificar la veracidad de la información que difunden. Sin embargo, regular las fake news es tan complejo como crearlas. Requiere un esfuerzo conjunto y coordinado que no sólo aborde los síntomas de la desinformación, sino también sus raíces profundas en la forma en que consumimos y valoramos la información. La posverdad, en última instancia, nos confronta con la necesidad de redefinir nuestra relación con la verdad y la información. Debemos recuperar el valor del pensamiento crítico y el razonamiento, y resistir la tentación de la inmediatez superficial. La verdad no es relativa al punto de vista de quien la observa, como señala Victoria Camps, sino que debe ser un objetivo común, fundamental para el funcionamiento saludable de nuestra democracia .

 La posverdad no es sólo un problema de comunicación, sino un desafío democrático. Enfrentarla requiere un compromiso renovado con la verdad, una revisión crítica de cómo consumimos información y una regulación efectiva de los canales que la difunden. Para acabar tanto con las noticias falsas, como la postverdad, deberíamos introducir este enfoque en los derechos humanos, ya que el acceso a información veraz es fundamental para el ejercicio pleno de otros derechos, como la libertad de expresión y el derecho a la información. Incluir la veracidad de la información como un derecho humano garantizaría que todos los individuos tengan acceso a información precisa y confiable, lo cual es esencial para tomar decisiones informadas, participar plenamente en la vida democrática y protegerse contra manipulaciones que pueden afectar su bienestar y derechos. 


BIBLIOGRAFÍA

Burgueño, J. M. (2018). Fake news, un fenómeno nuevo con siglos de historia. Fundación Telefónica. Recuperado de Telos Fundación Telefónica

Camps, V. (2017). En la era de la posverdad. En J. Ibañez Fanés (Ed.), En la era de la posverdad: 14 ensayos (pp. 91-100). Barcelona: Calambur Editorial. 

Fundación Telefónica. (2020). Posdemocracia, posverdad y democracia. Recuperado de Telos Fundación Telefónica



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