
El impacto del Big Data en la comunicación moderna
En el siglo XX el oro era uno de los metales más valiosos del mundo y todo el mundo deseaba vestir joyas creadas con él. Pero al llegar al siglo XXI, el oro se ha transformado en la información. La gente ya no quiere anillos bañados en oro de 24 kilates sino que la gente quiere información. La información es lo más valioso que alguien puede tener y las empresas pagan mucho dinero por ella.
Internet ha transformado todos los ámbitos de la vida habidos y por haber, y también la información. Ha multiplicado por millones la cantidad de datos hasta convertirlos en lo que conocemos como Big Data, que no es más que "una acumulación masiva de datos tal que supera la capacidad del software habitual para que sean capturados, gestionados y procesados en un tiempo razonable con las herramientas tradicionales" (Mochón Morcillo, F; Morales Cabañas, J.C. 2016) citado en (Videla-Rodríguez, J. 2018) Pero hablar sobre Big Data también implica hablar sobre sus "3 V"; volumen por la cantidad de información que se mueve o analiza, velocidad porque la información se mueve a gran velocidad, y variabilidad ya que puede presentar una compleja variabilidad.
Pero como explica Mario Tascón en su artículo Introducción: Big Data. Pasado, presente y futuro, tanto la variabilidad como la velocidad y el volumen del Big Data han crecido a unos niveles muy grandes en pocos años. Ya no es posible manejar los datos mediante una hoja de cálculo como Excel; hacen falta programas y softwares especiales para analizar los datos y ordenadores con muchísimo almacenamiento, aunque principalmente se suele almacenar en la nube.
Internet ha aumentado tanto la cantidad de datos que en el ámbito de la comunicación también se habla ya de Big Data. Incluso también de un nuevo género periodístico, el periodismo de datos.
Este tipo de periodismo utiliza el Big Data como fuente principal para la creación de contenidos, y los periodistas recopilan, analizan y presentan la información mediante técnicas de estadística y visualización. Para ello, los periodistas recopilan datos de distintas fuentes como informes públicos o bases de datos, analizan los datos mediante métodos estadísticos para extraer conclusiones y terminan comunicando los resultados mediante gráficos o mapas. Pero esto no es posible sin los informáticos, programadores, estadísticos o diseñadores infográficos que se unen cada vez más a las redacciones de los grandes periódicos para ayudar a los periodistas, aunque para la cantidad de datos que se manejan a diario siguen siendo muy pocos.
Por ejemplo, la redacción del diario El Confidencial, donde trabajan 90 periodistas a diario, cuenta únicamente con 5 programadores para el periodismo de datos. Jesús Escudero, uno de los programadores que trabaja aquí afirma en el artículo Que la IA no te excluya, que con la crecida del volumen de los datos es necesario controlar la programación y saber utilizar softwares "entré en la programación por necesidad, porque si te encuentras con un proyecto que necesite una base de datos extensa, entonces Excel no te vale porque solo te deja trabajar con un millón de filas y no vas a trocear la base de datos". Además, David Cabo, otro programador de esta redacción, hace hincapié también en la necesidad de más programadores que sepan manejar datos en las redacciones "quiero creer que el número de informáticos en las redacciones crecerá. Son muy caros, pero el periodismo es una industria que trabaja con datos, y los informáticos pueden aportar mucho".
Además del periodismo, el Big Data también ha llegado a diferentes ámbitos de la comunicación audiovisual y a las empresas de grandes medios. Y es que los datos no se utilizan únicamente para la creación de contenidos o informar, sino que también para conocer a la audiencia o mejorar las empresas.
Los grandes medios tanto de radio, prensa o televisión necesitan saber lo que sus espectadores consumen para acercarse a ellos y conocer nuevas tendencias, y para ello utilizan el Big Data, conociendo los datos de la actividad de sus usuarios. Las empresas pueden observar desde dónde acceden los usuarios, cuál es el contenido que consumen, durante cuánto tiempo lo consumen, qué publicidad observan y cual evitan… Gracias a consultar los datos, los medios consiguen conocer a su audiencia y saber cómo acercarse a ella, pudiendo personalizar sus contenidos para audiencias específicas
Además, el análisis de patrones de grandes cantidades de datos permite que los medios puedan identificar tendencias emergentes y así adaptar sus estrategias a ellas. Esto permite que se mantengan de forma relevante en un entorno que cambia de una manera constante y en un mercado con gran competencia. "Cuanto mayor es el volumen de negocio y más intensa la competencia más necesario conocer el comportamiento de los clientes y predecir sus tendencias" (Videla-Rodriguez, J. 2018 )
En cambio, el análisis de datos que realizan muchas empresas es un desafío ético para los usuarios. Los lectores o espectadores devuelven información en tiempo real a los medios sobre su consumo en un proceso en el que participan de forma involuntaria, sin ellos saberlo. En estos procesos no se cumple con la privacidad de los datos, ya que los usuarios no son avisados de que sus datos van a ser utilizados y para qué serán utilizados.
Para que el análisis de datos sea beneficioso para todos es necesario que las empresas que recopilan datos implementen políticas de privacidad claras y transparentes que informen a los usuarios sobre cómo se recopilan y se utilizan sus datos. "Hay que tener en cuenta los límites de la normativa. Ver si el usuario ha habilitado el permiso para obtener esa información o no" apuntaba Mario Tascón en su artículo Introducción: Big Data. Pasado, presente y futuro.
No regular las políticas de privacidad de datos puede generar casos como lo ocurrido en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016. Cambridge Analytica, una empresa de análisis de Big Data utilizó datos personales de millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento, para crear perfiles psicográficos y dirigir mensajes políticos específicos a diferentes segmentos de la población. De esta manera, el análisis de Big Data realizado por Cambridge Analytica ayudó a la campaña de Trump a identificar y movilizar a votantes, influyendo en el resultado de las elecciones.
Está claro que el Big Data ha supuesto un gran cambio para la comunicación, tanto en la producción de los contenidos como en la forma de acercarse a las audiencias. Pero si se consigue regular el uso de datos de los usuarios sin generar problemas, a medida que la tecnología continúa avanzando, el papel del Big Data en la comunicación también seguirá evolucionando y manteniéndose firme, con la posible introducción de la inteligencia artificial.
BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez Bito, A. García Chico L. (2013). Cartografiando el periodismo de datos. Big Data y periodismo en el continente americano. Cinco Casos de estudio". En: Telos. Cuadernos de Innovación y Comunicación. pp. 47 - 57.
Rouco, F. (2020). Programadores en las redacciones. El análisis de datos y la inteligencia artificial se abren paso en los medios". En: Telos. Cuadernos de Innovación y Comunicación
Tascón, M. (2013). Introducción: Big Data. Pasado, presente y futuro". En: Telos. Cuadernos de Innovación y Comunicación. pp. 41 - 47.
Videla-Rodríguez, J. (2018). Big data y comunicación: una relación imprescindible. En: Comunicación corporativa audiovisual y online : innovación y tendencias. pp. 53 - 167. Barcelona. Editorial UOC. https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/21309/Videla_Rodriguez_J_J_2018_Big_Data.pdf?sequence=2&isAllowed=y